viernes, 18 de noviembre de 2022

PORQUE LA SALSA NO SOLO ES BAILE

 El baile es uno de los componentes del complejo cultural salsero, aclaración que vale tratar ahora, cuando se rumora en discotecas y congresos de salsa, y cuando convencidos promotores e instructores "enseñan que primero es el baile y luego la música". De ahí que estime conveniente invitar a reflexionar sobre el amplio espectro que compone la cultura salsera, dimensionando tanto la importancia de cada componente salsero como del lugar y contexto que ocupan la música y el baile, y el papel que juega cada uno de estos elementos en este mundillo salsero constituido por diferentes actores como son el autor, el arreglista, los interpretes, los representantes, los disqueros, los realizadores radiofónicos, los cinematografistas, los coleccionistas, los diyies, los escritores, los críticos, los instructores y los bailadores, además de la gran comunidad anónima de salseros y salseras.

Aunque el presente ensayo titulado Porque la salsa no sólo es baile aparenta animar cierta adversidad contra el baile, en absoluto la goza. De hecho, soy un convencido que el baile es la expresión más sabrosa de la fenomenogía salsera, siendo efecto de la genial simbiosis: Música-Baile, de por si relación incondicional. Sin embargo, repito, sin la música salsa, el baile salsa no se podría dar. Y pese a esta dialéctica, vale apuntar que la dirección regular es De la Música al Baile, y no en sentido contrario -como se viene estipulando en las instancias mencionadas por los agentes nombrados- del baile a la música, prejuicio que recurrente se posiciona sin peso tradicional alguno, pese a existir momentos en la historia de la música cubana que podrían justificarlo como aquellos dos instantes cuando los bailadores determinaron hacia donde debería direccionarse la estructura danzonera, dejando como resultado el mambo y el chachachá, si nos a las palabras de Antonio Arcaño, director de Arcaño y sus Maravillas, y Enrique Jorrín, "creador del chachachá".

La salsa como movimiento sociocultural se inicio hace más de 40 años, a  principios de los setenta, gracias al liderazgo del sello disquero Fania, mediante la publicación de álbumes discográficos y el montaje de conciertos masivos en los que descollaban sus orquestas “all stars”, en una época cuando no existía aún técnicas definidas de baile espectaculo, aunque si ciertos estilos por países que correspondían a ritmos folclóricos o populares como históricamente se desarrollaban, por ejemplo, en Cuba sobre la base de los complejos del danzón, del son o de la rumba que fueron expuestos en cabaret para turistas como el fastuoso Tropicana.. El asunto por entonces era gozar y degustar la música, expresándose mediante el baile, componente social, lúdico y expresivo, desarrollado como cada uno lo sintiera, sin afanes y competencia alguna aunque atendiendo los patrones rítmicos de cada género.

Esa época de dominio del monopolio Fania se le denominó el Boom de la Salsa, que cuando comenzó a decaer, con el mercado saturado, afectando el negocio de las disqueras, llevó a la industria a diseñar un producto con “artistas” jóvenes, en especial para un nicho descubierto entre la clase media, al que no le satisfacía la catalogada “salsa dura y callejera”: el target femenino. La nueva tendencia era la famosa Salsa Romántica y/o Erótica, llamada despectivamente por los salseros duros: Salsa Monga, comandada por insipientes cantantes con gran carisma, rostro atractivo y mucho marketing, en el que se vendía más a la figura que a la música. Un buen número de los músicos salseros consagrados se vieron obligados a ingresar a la nueva onda, por inercia o por sobrevivencia. Otros, se resistieron, optando por un puerto creador más seguro, el Jazz. Corrían los años ochenta y con ellos numerosos “cover” de baladas con arreglos montados sobre una formula salsera facilista, “light” pero pegajosa, De inmediato este estilo fue rechazado por el “salsero clásico”, aunque en verdad tuvo el hándicap de atraer mucha más público, sobretodo joven, al mundillo de la salsa. El estilo de baile que impero por entonces, es el que hoy se conoce como circular. Todavía primaban los estilos por país o regionales y el sentido competitivo no era otro que el de agradar a su parejo o pareja.



La revolución comienza entre finales de los noventa y principios de los dos mil, cuando surge en California, en el oeste de los  Estados Unidos, unos congresos anuales titulados “de salsa”, animados por uno que otro grupo de música salsera consagrado como invitado y por música grabada programada por “discjockyes”. Aquellos congresos eran básicamente exhibiciones de baile, sin embargo ya empezaban a exhibir técnicas de baile vistosas, además de ofrecer talleres y clínicas con la novedosa técnica de baile lineal On1, siendo conocidos a través de la comercialización de DVDs ofertados en canales locales de televisión y, luego universalmente masificados, mediante la magia de internet, detonando la actual etapa mundial con eventos bajo ese mismo concepto y con la etiqueta: “Congresos de Salsa”, al que los organizadores invitan -mas por marketing que por cualquier rigurosidad artística o académica- a algún vocalista o agrupación salsera, pero donde “el peso musical” lo llevan los Djs participantes. De ahí en adelante, todo gira en torno al baile: los concursos, las exhibiciones, los “shows”, los talleres, las clínicas y los “eventos sociales”, sobra decir que las estrellas son los bailarines con renombre y fama. Lo bueno de este nuevo fenómeno dentro del complejo salsero es que está atrayendo demasiada gente a la salsa.

Sin embargo, es gente nueva que en su gran mayoría avanza en las “nuevas técnicas” del baile, espectaculares y vistosas por demás, pero ignorante de la historia, los ritmos, los cantantes, las agrupaciones y muchos otros aspectos que conforman este mundo tan rico de la salsa. Los bailarines se concentran sólo en el baile, creyendo que toda la cultura salsera gira en torno a este componente. Es posible que alguno uno de ustedes se haya acercado a un Dj a solicitar un tema musical de la siguiente manera: “Me podrías poner algo de salsa lineal”,  que gracias a mi experiencia entiendo pero que en verdad deja a cualquiera “fuera de base”, algo así a como si Tite Curet Alonso para crear su magnifica obra se hubiera inspirado en las técnicas de baile On1 u On2 o en un “me pones un chacha”, término de reciente acuñamiento. Curiosidad que a su vez se presenta con quienes bailan rueda de casino, llamado también “cubano”, formateados por la timba, el cubaton o todo lo que termine en “ton”, siendo los más radicales, pues escuchan, bailan y defienden esta tendencia a ultranza. Para ellos, después de la timba y el casino no hay nada más, con cierta testarudez e intolerancia, aclarando que hago referencia, no de los cubanos, sino de aquellos quienes adoptan en el extranjero este estilo de baile.

Pienso que demos darle la bienvenida a esta nueva faceta, aceptado que esta etapa donde prima el bailador, gracias a la televisión y la internet, tiene su mérito, ya que ayuda a fortalecer el movimiento salsero mundial, adormilado hasta algún tiempo, y mundillo donde también existen personas preocupadas por profundizar en una cultura salsera que es más que sólo bailar “en línea” o “casinear”.

Fuente: Alejandro Quirarte Soto (Miembro Salsa Global)




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