El "Caleño y la Caleña" siempre han bailado; su identificación con el baile proviene de los estratos populares que por medio de los ritmos Afro-Caribeños se empieza a desarrollar en los años 30 conservándose como una tradición durante más de 70 años.
En 1958 apareció la "Feria de Cali" como un festival popular. Con la nueva década llegan ritmos como el Swing, el Boggie Woogie, el Foxtrot, el Rock'n'Roll que son bien recibidos en la Cali de estratos altos. En cambio a los barrios populares se quedaron los ritmos rumberos que provenían de Cuba, de Puerto Rico y más adelante de New York. Es así como llega entonces a Cali el ritmo "la Pachanga", antecedente de la Salsa que se apodera de todos los bailaderos de la ciudad. El ritmo de la Pachanga lo había creado Eduardo Davidson y en Cali entró con gran fuerza gracias a las orquestas de Charangas que habían hecho el puente musical entre Cuba, Puerto Rico, New York y Colombia.
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En los años 80 nació el apelativo para Cali de la "Capital Mundial de la Salsa" puesto que, entre otras cosas, la gente en Cali se había aprendido a la perfección el abecedario de la música Cubana, conocía todos los temas e intérpretes puertorriqueños, neoyorkinos y por supuesto colombianos. En ningún otro lugar se baila tanta Salsa como en Cali.
El furor de este ritmo llegó al extremo de crearse en la ciudad un Campeonato Mundial de la Salsa, con base en Watussi, un morochito oriundo de Buenaventura que siguiendo los pasos de Evelio Carabalí y Jimmy Bugaloo quienes introdujeron al ritmo acrobacias y mucha velocidad, se impuso en el certamen al lado de una mujer que parecía de goma, María Tovar Cardona. El certamen en referencia se realizó mediante eliminatorias en los grilles de moda en la capital vallecaucana. Allí expusieron sus grandes facultades, Benigno e Hilda, El Tosco y Gloria y otras no menos interesantes parejas de bailarines.
Por esas calendas funcionaban escuelas y academias de baile como la de Veintemilla, Benigno Holguín y otras verdaderas fuentes de inspiración para la juventud que se desbordó hacia la salsa, que cada vez se hacía más fuerte y mucho más atractiva.
Los músicos salseros colombianos se ubicaron en agrupaciones musicales como: Canela, El Grupo Galé, El Grupo Niche, Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo, La Cali Charanga, La Gran Banda Caleña, La Misma Gente, La Octava Dimensión, Son de Azúcar, La Orquesta D'Cache, La Orquesta Matecaña, La Sonora Carruseles, Los del Caney, Los Nemos del Pacífico, Los Niches, Nélson y sus Estrellas, Piper Pimienta, Quinto Mayor, Son de Cali, The Latin Brothers entre otros tantos, quienes se han caracterizado por cultivar un estilo propio de la Salsa. Ellos han ganado grandes espacios internacionalmente, puesto que componen y ejecutan la Salsa para el bailador social.
En la década de los 90 aparece en los grandes tinglados de la salsa una formidable orquesta con sede en esta ciudad, “Guayacán”, considerada como “La Orquesta Madera de Colombia” bajo la diestra batuta de Alexis Lozano, quien había recorrido de la mano de Jairo Varela, unos grandes tramos de su vida artística. Se recuerda que su primer gran éxito fue, “Oiga Mire Vea”, un verdadero palo, un palazo en la Feria de Cali 1991.
Con la proliferación de compositores, cantantes y músicos la salsa en Cali se constituyó en la victoria del barrio porque impulsó una cultura popular que se enlaza con el pasado histórico lleno de sabor y de un especial colorido musical.
Ahora la salsa caleña tiene acogida y reconocimiento a nivel internacional y sus bailarines imponen condiciones en los más cotizados concursos, donde han impuesto sus extraordinarias facultades acaparando títulos mundiales que le dan timbre de orgullo a la ciudad, a sus artistas y a su salsa.
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Guillermo García Jaramillo
Fuente: Puro Corazón por Cali
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